Tenemos nueva profesora en el Aeroclub, pedazo de fichaje, Paula Moyano. Ya va siendo hora de que las mujeres sean protagonistas del vuelo, algo apasionante!.

Paula rompe el ‘cielo de cristal’ en Foronda

por SAIOA ECHEAZARRA (El Correo)

A sus 22 años, esta piloto acaba de convertirse en la primera mujer instructora de vuelo en la historia del Aeroclub Heraclio Alfaro Foronda asiste a un particular despegue fen1enino. Apenas han transcurrido cuatro añosos desde que la joven Paula Moyano, que ahora cuenta con 22, se puso por primera vez a los mandos de un avión cuando acaba de protagonizar el histórico hito de convertirse en la primera mujer instructora de vuelo en las más de seis décadas y n1edia de trayectoria del Aeroclub Heraclio Alfaro. Un fulgurante ascenso con el que esta joven pasa a romper el singular ‘techo de cristal’ al entrar a ocupar un puesto al que hasta ahora solo se postulaban los varones en la emblemática escuela vitoriana. Es más, todos sus 58 actuales socios, así como la media docena de alumnos que tiene en estos momentos, son asimismo del sexo masculino.

Tras aterrizar en la pista de La Llanada a principios de este n1es procedente de su Salamanca natal, Paula ha pasado a ser la profesora de esos seis aspirantes a piloto privado más otros ocho que empezarán a formarse desde marzo. Todos ellos, igualmente, chicos. Su jovencísima maestra completó el pasado curso en la escuela de aviación Adventia de su ciudad la carrera universitaria de 4 años para ser piloto comercial, y a continuación obtuvo el título de instructor de vuelo en Gran Canaria, curso que finalizó el pasado diciembre. «Con el coronavirus, entrar en aerolínea está muy complicado, por lo que me formé como instructora como otra salida laboral. En enero, buscando trabajo, encontré el del aeroclub», cuenta desde el hangar de la entidad, donde imparte las clases a bordo de un Aero AT-3.

Paula no es una de esas mujeres que sabían desde niñas que querían dedicarse a volar, al contrario, se decidió por la profesión de la forma más inesperada. «Es irónico porque en n1i familia todos son médicos, y yo de pequeña tan1bién quería serlo, pero a los 17 años me dije ‘¿Qué mas puedo hacer?’. Mis padres me sugirieron hasta treinta carreras, entre ellas, la de piloto. Mi tío es controlador aéreo, pero nunca había estado en este mundo. Me empecé a informar y, cuatro años más tarde, aquí estoy», repasa mientras se coloca los auriculares antes de meterse a la cabina. De hecho, mientras estudiaba en la universidad (donde fue una de las 6 alumnas femeninas de un total de 30) «la mayoría de compañeros venía de familias ligadas a la aviación y sabían un montón de ello, pero para mí todo era nuevo y al principio fue un poco duro», reconoce. Sin embargo, a mitad del segundo año de carrera «ya empezamos a volar y ves que puedes aplicar todo lo que has aprendido. Estar ahí arriba es una sensación que no se puede explicar».

Futuro «en aerolínea»

El hecho de contribuir a equilibrar la balanza de sexos en el panorama de la aviación es algo que Moyano ve con total naturalidad. «Siempre ha sido una profesión de hon1bres, igual que la enfermería de mujeres, pero cada vez hay más chicas y se está convirtiendo en algo normal, nunca he sentido una diferencia con mis compañeros». En Vitoria, cuna de la aviación española de la
mano de Heraclio Alfaro, su aeroclub apenas ha tenido «3 o 4» mujeres que se han sacado la licencia de piloto en toda la trayectoria de la escuela, trasladan desde la entidad.

Tras unas pocas semanas dando clase en el aeropuerto alavés, Paula se siente «gratamente sorprendida » como instructora. «Nunca había pensado serlo, quería trabajar en una compañía aérea, pero las cosas cambian. Dando clase te sientes orgullosa de dar el empujón a los alumnos», reflexiona. Esta etapa en el aeroclub también le sirve para sumar horas de vuelo, vital para el currículum de un piloto. «En un futuro me gustaría trabajar en aerolínea, aunque también se pueden compaginar ambos trabajos». Por encima de todo «quiero seguir volando, tras un año de Covid y con las aerolíneas paradas y quebrando, lo que te interesa es poder seguir pilotando. Para mí es un premio, y estar aquí es lo mejor que me podía pasar».

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